Rescatado de entre las aguas: cronología de la renovación del Fort de la Conchée
El Fort de la Conchée protege la ciudad francesa de Saint-Malo desde el siglo XVII, cuando fue diseñado por el ingeniero militar Sebastien Vauban. A pesar de que fue desmilitarizado en 1901, durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes aprovecharon las instalaciones para hacer ejercicios de entrenamiento.
Los aliados castigaron el fuerte durante la liberación de Saint-Malo dejándolo en malas condiciones. Con el objetivo de recuperarlo para el público, la asociación “La compagnie du Fort”, trabaja desde 1988 en su restauración. Una tarea que ha permitido la reciente apertura de la entrada sur.
Foto: Patrice BENOIST
Entre las aguas
El fuerte está sometido a la furia del mar y los vientos de la zona, por lo que el acceso es todavía más difícil. Así explica los obstáculos que se encuentran cada día Olivier Weets, arquitecto jefe de Monuments Historiques:
Se trata de un medio marino, por lo que es muy corrosivo. Los materiales están sometidos a una prueba durísima, y esto incluye hasta nuestros teléfonos móviles.
Los caballetes para los tejados y el mortero para el sellado soportan una extraordinaria exigencia. Cuando se levanta marejada, las fuertes olas llegan hasta el tejado del edificio, por lo que es necesario proteger de manera adecuada las obras en curso.
Estas condiciones han requerido una logística excepcional. Todos los materiales, desde la pizarra natural hasta el agua para beber, han tenido que ser transportados en helicóptero. Benoît Rochard, codirector de la empresa de cubiertas Rochard, lo recuerda así:
Todo el material llegó en un día, desde los elementos de carpintería hasta la pizarra, especialmente condicionada porque hubo que utilizar palés pequeños ya que el helicóptero no podía llevar más de 600 kg cada viaje.
Esa jornada, el helicóptero realizó más de 20 trayectos entre el fuerte y tierra firme para cumplir con los plazos.
Foto: Patrice BENOIST
Sello Monumento Histórico
El fuerte es oficialmente un Monumento Histórico desde 1984 y para su reconstrucción se han seguido los planos del siglo XVIII. En los últimos meses se ha renovado mampostería, carpintería y tejado. “Hemos instalado 80 m2 de pizarra en la nueva cubierta”, detalla Benoît Rochard.
La calidad de la pizarra tenía que ser excelsa, esta exigencia está ligada a la marca Monument Historique”, afirma Olivier Weets, “la pizarra empleada es muy gruesa, de unos 9 milímetros, y está instalada con clavos dentados cuadrados.
Foto: Patrice BENOIST
A ambos lados de la cubierta se han creado ventanas abuhardilladas, pero esto no ha sido lo más difícil. La parte del ábside ha sido la más complicada por su forma redondeada y ha requerido de la más absoluta precisión para aunar estética y estanqueidad.
Es una obra completamente atípica a la par que emblemática. Para nosotros, que somos de Saint-Malo, es un auténtico orgullo poder hacer esta renovación del fuerte”, reconoce Benoît Rochard.
Condiciones de trabajo singulares
Foto: Patrice BENOIST
Los dos instaladores de la pizarra natural realizaron su delicada tarea entre julio y septiembre. Una lancha les dejaba el lunes por la mañana en el fuerte, donde se quedaban trabajando hasta el jueves por la noche.
Bernadette Benoist, miembro de la Compagnie du Fort, lo recuerda de la siguiente manera:
Los trabajadores dormían dentro del fuerte pero en tiendas de campaña para protegerse de la humedad y el polvo. Después de 30 años, las empresas se han acostumbrado a las condiciones de vida en el fuerte. Es un placer trabajar con unos profesionales tan apasionados por su oficio y que se adapten a condiciones tan particulares.
Si has llegado hasta aquí pensando que las fotos eran de Fort Boyard, donde se rodó programa que emitió Telecinco a principios de los 2000, lamentamos decirte que se parecen pero son distintos. La buena noticia es que podemos enseñarte más fuertes restaurados con pizarra natural, como esta ciudadela militar de Port-Louis.