Un proyecto bajo alta vigilancia: la Escuela Militar en París
Obra del arquitecto neoclásico Ange-Jacques Gabriel, la Escuela Militar (en francés: École Militaire) fue fundada por el rey Luis XV en 1751. Los edificios, clasificados en su totalidad como Monumentos Históricos, son de gran calidad arquitectónica: estereotomía experta con grandes cortes de piedra, decoraciones talladas y cubiertas de pizarra natural.
UN PROYECTO A LARGO PLAZO
La gran restauración y adaptación a las nuevas normativas vigentes de la Escuela Militar comenzó en 2015 y continuó durante este año con la renovación de la cúpula principal. Hasta 2019, los Ministerios de Cultura y Defensa han contribuido cada uno con 5 millones de euros anuales para garantizar la continuidad del trabajo. La gestión del proyecto está en buenas manos con el Arquitecto Jefe de Monumentos Históricos Jacques Moulin.
RESTAURANDO LA CÚPULA CUADRANGULAR
La cúpula del edificio principal se erige como un punto icónico de la ciudad y su restauración requirió de un proceso de renovación delicado. En primer lugar, el edificio debía estar listo para las ceremonias oficiales de la fiesta nacional del 14 de julio de 2018. Por otra parte, la eliminación de la cubierta anterior de 410 m2 mostró el uso original de pizarra “coffine” de 8 mm de espesor y fijada con clavo.
Estos plazos ajustados y la considerable cantidad de material requerido llevaron al responsable técnico del proyecto a considerar una solución alternativa. Olivier Etienne, responsable de negocios de la empresa Balas explica:
Examinamos con precisión la curvatura de los elementos existentes y, a partir de 2 modelos de pizarras, hemos elaborado 3 superficies diferentes que nos permiten cubrir toda la flexión y permanecer en conformidad con la normativa de construcción DTU.
LOGÍSTICA EXCEPCIONAL
La escala del proyecto requirió de una logística especial. En colaboración con Cupa Pizarras, se diseñaron paletas especiales con las que adaptarse perfectamente a la estructura tubular del andamiaje. Las 24 toneladas de pizarra pasaron previamente por un taller para ser clasificadas, presentadas y perforadas.
Este primer paso permitió que las pizarras se distribuyeran según su destino en función del modelo, curvatura y grosor. De esta manera, los colocadores evitaron cualquier manipulación tediosa del material. El trabajo también fue facilitado por la instalación de andamios en forma de paraguas y por el diseño de suelos de aproximación optimizados que permitieron acceder al sitio de manera más fácil y segura.
Un equipo de 12 instaladores completó con éxito la misión y entregó el proyecto a tiempo: La cúpula estaba lista para abrir las celebraciones del 14 de Julio.
Dato curioso: El edificio se podía ver muy claramente en las retransmisiones de televisión de las zonas de aficionados durante la final de la Copa del Mundo; ¡Una doble satisfacción para la empresa!