Rubén García, más de 25 años de experiencia labrando pizarra
¿Sabías que la pizarra natural se produce de manera artesanal? Nuestros maestros labradores exfolian a mano cada bloque de pizarra.
Para conocer un poco más sobre esta profesión, hemos hablado con Rubén García González, labrador en nuestra nave de Las Arcas 2 (en San Pedro de Trones, León) que, a sus 49 años, ya lleva más de 25 años labrando pizarra.
¿Qué aptitudes son necesarias para ser un buen labrador de pizarra?
Lo más importante es tener paciencia y ganas de aprender, eso es lo que te permite mejorar día a día. Aunque también hace falta conocer bien la pizarra. Es un trabajo artesanal y manual, y hay que entender la piedra, saber cómo tratarla.
Por supuesto necesitas además tener cierta habilidad, pero nadie nace sabiendo. Es cierto que la pizarra tiene una tradición familiar, y que suele haber varias generaciones de labradores en una misma familia, pero la técnica del labrado no se hereda.
Al principio, cuando empiezas a trabajar con la pizarra, comienzas realizando otras funciones: cortando, biselando, embalando… Vas pasando de un puesto a otro y eso te va permitiendo comprender mejor las características de la pizarra. Yo tardé unos 3-4 años en empezar a labrar.
Poco a poco vas aprendiendo diferentes labores, y es precisamente ese aprendizaje el que te ayuda a conocer la pizarra lo suficientemente bien como para labrarla después.
Así que las mejores aptitudes como labrador se consiguen practicando.
¿Cómo ha evolucionado tu forma de trabajar desde que empezaste?
El proceso de labrado es el mismo que cuando yo empecé hace 25 años, es igual de artesanal. Lo que va cambiando es tu técnica personal. Vas evolucionando y la experiencia te hace mejor cada día.
Como la pizarra se labra a mano, aprendes con la práctica. Los primeros días te colocan junto a un labrador experimentado. Él te va enseñando, te explica cómo se hace, te va aconsejando… Y poco a poco vas dominando la técnica.
¿Cuántas paletas de pizarra produces al día?
Es difícil de calcular. De media un labrador produce alrededor de 2 paletas al día, pero en realidad yo no llevo la cuenta. Yo me dedico a labrar, y a hacerlo lo mejor que puedo.
Lo que realmente importa es la calidad de la pizarra labrada, hacerlo bien. Para que cuando llegue a la fase de selección y embalado, se aproveche lo máximo posible de la pizarra que he labrado.
Además en mi opinión, un buen labrador no es el que más pizarra labra, sino el que mejor sabe aprovechar la piedra.
En tus 28 años de experiencia con la pizarra, cómo ha cambiado su proceso de producción
En realidad la producción de la pizarra es un proceso tan tradicional y artesanal que la forma en que se produce apenas ha cambiado desde que empecé. La pizarra se labra, se bisela y se selecciona a mano como antes.
Lo que ha cambiado es la tecnología, las máquinas que antes utilizábamos ahora son más avanzadas. Las sierras que cortan los bloques son mejores, y por supuesto ha mejorado mucho la seguridad en el trabajo.
¿Qué destacarías en todos estos años como labrador?
He desarrollado mi carrera profesional como labrador en diferentes sitios, y me quedo con mis momentos vividos aquí en CUPA PIZARRAS. Aunque cada compañero tiene su función y su lugar, entre nosotros hay buena relación. ¡Incluso a veces nos comparamos!
Además nuestro encargado está siempre dispuesto a ayudar, a aconsejarnos, y eso es algo que valoro muy positivamente.
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