¿Playa o montaña? ¡La pizarra se adapta a todo!
Siempre que planificamos las ansiadas vacaciones volvemos una y otra vez a la misma pregunta: ¿playa o montaña? Cada uno de estos destinos tiene sus ventajas y sus inconvenientes, sus entusiastas y sus detractores. Y tú, ¿de qué bando eres?
Las construcciones de ambos enclaves tienen características diferentes debido al clima, la geografía y el estilo de vida asociado con cada entorno. Como la arquitectura es un elemento tan válido como cualquier otro para decidir un destino vacacional, vamos a ver algunas diferencias y similitudes.
Tanto las casas de la playa como las de la montaña suelen estar pensadas para escapar del ajetreo de la vida cotidiana y estar más cerca de la naturaleza. ¿Y qué pasa con los materiales? Pues hay algunos, como la pizarra natural, que se adaptan perfectamente a ambas situaciones.
En el mundo de la arquitectura no existe un material con la versatilidad y el encanto de la pizarra natural.
Playa: la intensidad de las olas
En los entornos costeros normalmente hace calor, pero este no es el elemento del clima que más quebraderos de cabeza da a los arquitectos de estas zonas. La corrosión derivada de la exposición constante al aire salado deteriora muchos de los materiales de construcción.
La pizarra natural, en cambio, es altamente resistente al envejecimiento por niebla salina. Es decir, la pizarra natural no cambia su aspecto ni sus propiedades con el paso de los años. Esta característica la convierte en una perfecta solución estética y práctica para entornos marinos.
Montaña: el encanto rústico
En los entornos montañosos hace un clima más relajado en verano, pero en invierno suele hacer más frío y hay más precipitaciones, tanto lluvia como nieve. Por eso, las construcciones en estos lugares utilizan materiales con un buen aislamiento térmico para mantener el calor en el interior.
Además, las cubiertas siempre son inclinadas para evacuar el agua de las precipitaciones. La impermeabilidad de la pizarra natural, junto con una alta resistencia a la heladicidad, la convierten en el material ideal para este tipo de construcciones.
La pizarra natural tiene la capacidad de adaptarse la esencia de ambos mundos, ya sean las suaves olas del mar o las escarpadas cimas de las montañas, unas cualidades que la convierten en un material atemporal y que siempre aporta personalidad y sofisticación.
Si quieres ver más ejemplos concretos de construcciones con pizarra natural, te invitamos visitar nuestra página de proyectos.
