Nieve en el tejado: consejos de invierno
El invierno es sinónimo de nieve en muchos lugares. Un motivo de alegría para los amantes del esquí y un elemento que nos deja estampas preciosas, pero que puede ocasionar más de un quebradero de cabeza en las cubiertas, ya que las bajas temperaturas, la nieve y el hielo ponen a prueba sus prestaciones.
Cuando la nieve se acumula en los tejados crea algunos problemas directos e indirectos. Por ejemplo, el peso que soporta la estructura después de una copiosa nevada o el peligro de avalancha cuando empieza a deshelar.
El diseño de la cubierta es uno de los puntos básicos para evitar disgustos posteriores. En las zonas de montaña, o donde son habituales las nevadas, se construyen con planos más inclinados para favorecer la evacuación. Sin embargo, hay que tener en cuenta otros factores, como la orientación y las horas de sol.
La elección del material también es un elemento clave. La pizarra natural viene como anillo al dedo en estas circunstancias, ya que su impermeabilidad hace que tenga una absorción de agua y una heladicidad muy bajas. Tanto, que puede tener nieve encima durante meses sin que haya filtraciones. Además, sus propiedades se mantienen inalterables frente al frío y la nieve.
Cuando se producen precipitaciones la nieve se acumula en la cubierta. Una vez llegados a este punto, el principal problema es el riesgo de avalanchas y desprendimientos que puedan provocar daños materiales o accidentes con los transeúntes.
Para evitarlo, hay varias opciones que hemos agrupado a continuación. Todas ellas se instalan de manera permanente en la cubierta de pizarra.
- Cortanieves: su función principal es la de romper las placas de nieve para evitar el desprendimiento de bloques muy pesados. De esta manera, la nieve es evacuada en pequeñas cantidades o cuando se funde en agua.
Los cortanieves se pueden instalar por todo el faldón y su separación depende de numerosos factores técnicos y climáticos.
- Ganchos de retención de nieve o ganchos paranieves: retienen la nieve en la cubierta, repartiendo el peso y evitando la formación de grandes placas de hielo. También ayuda a proteger los canalones u otros sistemas de evacuación.
Hay una gran variedad de formatos, tamaños y materiales. Algunos llegan a ser auténticos elementos ornamentales. También existen múltiples modelos de fijación en pizarra, ya sea con gancho, clavo u otras alternativas.
Normalmente se instalan en la parte más baja del faldón, en filas de tres no consecutivos, y la separación también depende de varios factores como la inclinación de la cubierta, la situación geográfica o la orientación.
- Tronco paranieves o rejillas: este sistema cambia un poco respecto a los dos anteriores. Aquí el objetivo principal es la retención de la nieve para que no caiga, para lo que se emplean barreras horizontales. Es típico de lugares donde las nevadas son muy intensas.
La finalidad de todos estos sistemas es la seguridad, ya sea para evitar lesiones, daños materiales o situaciones desagradables como el bloqueo de puertas. Por eso, y como cada caso es distinto, recomendamos acudir a un profesional acreditado a la hora de diseñar e instalarlos. Si necesitas ayuda o consejo puedes ponerte en contacto con nosotros para orientarte y encontrar una solución.
