Cuando Felipe Morenés y García Alessón, primer marqués de Borghetto, quiso instalar su residencia en Madrid, encargó la construcción de un palacete al arquitecto Ignacio Aldama. A principios del siglo XX la influencia francesa marcaba los cánones y el edificio se diseñó combinando neoclasicismo y barroco.
Siguiendo estas pautas, para cubrir el palacete se proyectó una mansarda de pizarra natural con espacio para las ventanas abuhardilladas. A pesar de que el aspecto exterior se ha mantenido inalterado, las estancias interiores han sido testigo de la curiosa historia del edificio.
Tras la Guerra Civil, la Embajada de Japón se instaló en el señorial inmueble, que desde entonces guarda algunos elementos decorativos orientales. En 1953 el palacio pasó a manos de la Diputación Provincial de Madrid a cambio de 15 millones de pesetas, para más tarde albergar la sede de la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid.
En 1987 se realizaron reformas en el edificio para adaptarlo a la nueva realidad administrativa, con despachos, oficinas y salas de reunión. No fue hasta 2019 cuando se decidió renovar la cubierta en mansarda visible desde el exterior. El aspecto distinguido del palacio impone a los transeúntes incluso en un barrio repleto de embajadas y galerías de arte.
Para esta última renovación se utilizó la pizarra natural CUPA 10 en un formato 35×22. Este modelo destaca por su elegante tono negro. “Al tratarse de un edificio institucional, hubo que cuidar mucho el color y la textura de la pizarra”, afirma Miguel Cañueto, responsable de Cubiertas Gallego, la empresa instaladora.
La ornamentación del palacio reclamaba un trabajo exquisito para culminar la renovación de la pizarra natural. “Hubo que tener mucho cuidado a la hora de realizar los remates y también prestar mucha atención a los demás elementos antiguos ya existentes”, recuerda el instalador.
Bajo la cubierta de pizarra del Palacio de Borghetto se toman decisiones al más alto nivel y en el patio interior del edificio se celebran eventos a los que asisten las máximas autoridades del país.
“La envolvente de la mansarda está a la altura de la historia del edificio, es un resultado óptimo. Estamos encantados de aportar nuestro granito de arena en la conservación de algunos de los edificios más icónicos de Madrid”, asegura Pablo Barros, responsable comercial de CUPA PIZARRAS.
PRODUCTO UTILIZADO : CUPA 10
Pizarra natural no carbonatada de compresión tectónica. Color negro, con laminaciones finas y textura lisa.
Otros case studies
Con nuestra pizarra se realizan más de 250 cubiertas al día en todo el mundo. La pizarra natural de CUPA PIZARRAS es el producto mejor valorado por
arquitectos y colocadores, y ha sido seleccionada para la renovación de algunos de los monumentos más importantes del mundo.
Otros casos de estudio – Fachada
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